Grow the Earth. Grow Biointensive. Grow Abundance.
¿Cuántos Bosques Quedan en el Mundo?
Se calculó, en comparación con 10,000 años atrás, que en la actualidad en términos de biomasa solo queda el 11% de bosques. En materiales de referencia, con frecuencia se indica que entre el 30% y 40% aproximadamente del área de la Tierra es arbolada. Hay dos retos con esta estadística:
¿Qué puede hacer cada uno de nosotros?
Si cada persona en el mundo plantara 20 árboles al año durante cinco años y los cuidara hasta que alcancen la madurez, se lograria la misma cantidad de árboles en el planeta en términos de biomasa que había hace diez mil años. ¡Es tan sencillo y tan difícil como eso! El reto es que la gente necesita madera para combustible, muebles, para la construcción e incluso para forraje. Aún así podemos empezar. Además, si usted tiene recursos para contribuir, pero no tiene tiempo o tierra, hay organizaciones como www.treesforlife.org que siembra árboles por usted por solo $2 dólares por árbol. (Para más recursos similares, vea mi publicación en Arbor Day)
¡Ya que hay aproximadamente 6,700,000,000 habitantes en la Tierra, necesitamos sembrar 670,000,000,000 árboles! ¡Así que empecemos!
¿Por qué?
Se dice que Richard St. Barbe Baker, silvicultor inglés que vivió 91 años, inspiró la siembra y/o que él sembró 26 mil millones de árboles durante su vida. Johnny Appleseed fue muy activo en los Estados Unidos, pero si los comparamos con Richard, Johnny parecía estar “dormido al volante”. Para continuar con el ímpetu de la siembra de árboles, St. Barbe formó una organización llamada Hombre de los Árboles con capítulos en muchos países. Dos veces fue llamado a la corte en California para salvar árboledas prístinas de secoyas porque él era la única persona con el conocimiento suficiente para crear un buen caso y evitar que los cortaran. Después de defender con éxito las secoyas la primera vez, lo llamaron nuevamente 30 años más tarde para convecer a las personas de la nueva generación de la importancia de los árboles antiguos.
Hay muchas historias maravillosas acerca de los logros de St. Barbe. Por ejemplo, antes de que Franklin Delano Roosevelt (FDR) se conviritiera en Presidente de los Estados Unidos, en ese tiempo Nueva York era el único estado que había tenido un programa de reforestación. Richard organizó una reunión con FDR y le dijo que sabía que él sería el próximo Presidente. St. Barbe le pidió que iniciara un programa nacional de reforestación después de las elecciones y el nuevo Presidente así lo hizo bajo los auspicios de la Civilian Conservation Corps. Como resultado de este proyecto, surgió un manual llamado CCC Forestry que fue publicado por el Gobierno de los Estados Unidos. Entre muchos temas, esta publicación describe en detalle cómo establecer viveros de árboles pequeños.
En toda una vida de plantar y promover el bienestar de nuestros bosques. St. Barbe escribió 32 libros acerca de sus actividades e iniciativas relacionadas con la silvicultura o ingeniería forestal incluyendo “Sahara Challenge” and “Sahara Conquest” y una autobiografía llamada “Mi Vida, Mis Árboles”.
Bajo las iniciativas nacionales de árboles de FDR, se empezaron a hacer pruebas con acacias blancas, que tienen el potencial de producir cuatro veces las calorías, el calcio y la proteína por acre que produce el trigo. Otras ventajas de la acacia blanca incluyen la producción de algúnos materiales de construcción, leña y un dosel de hojas hecho con miles de hojas pequeñas que debido a su densidad y colocación permiten que los rayos de sol lleguen al suelo que está debajo. Esto permite que los cultivos de sotobosque se cultiven debajo de los árboles para lograr una mayor productividad por unidad de área.
Recursos:
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