Un Mundo de Esperanza Episodio 1: El Árbol

El Árbol

Este año, la higuera de 30 años en nuestra pequeña granja parecía acabada. Y el inusual clima frío a principios de la primavera después de un periodo cálido parecía ser difícil para ella. Incluso quizá fatal. Aún así con base en décadas de experiencia con plantas perennes (especialmente con esta) que vuelven a la vida cada año, tenía la esperanza de que el añejo ciclo le regresara la vida a este venerable árbol. Yo quería que la higuera sobreviviera ya que durante muchos años había producido abundante fruta una y a veces hasta dos veces al año.

Sin embargo, para el 7 de mayo el árbol no tenía brotes y me pregunté si mi esperanza estaba fuera de lugar. Con ansiedad e impaciencia volví a revisar el árbol el 21 de mayo. Al principio nada parecía ser diferente, pero al examinar más de cerca me emocioné al ver que empezaban a salir unos cuantos brotes. ¿Pero este cambio era significativo? Al revisar otra vez el 7 de junio me sentí decepcionado al ver que solo entre el diez y el quince por ciento de las ramas tenía hojas en las ramas desnudas. Al ver esto pensé en Rudolph Steiner, un brillante ingeniero agrónomo austriaco, que había observado que el tronco y las ramas de los árboles son en realidad “suelo” expulsado hacia el aire y a partir de ellas las plantas—hojas—y sus frutos crecen. A juzgar por la apariencia de la higuera parecía que nuestro suelo estaba muerto y la cosecha iba a ser pobre.

Pero el 26 de junio fue emociónante. La higuera estaba ahora cubierta, tres cuartos de las ramas tenían hojas de tamaño mediano y seguían creciendo. ¡Hurra! Los procesos de la vida se hicieron evidentes una vez más.


La Tierra

Al igual que la higuera también nuestra Tierra se ve y se siente vieja. La humanidad no ha sido siempre amable con ella. La Revolución Industrial basada en el fuego parece estar “quemando” el planeta.

Por ejemplo, históricamente el 44% de la Tierra ha sido considerada desierto creado por el flujo y reflujo normal de la lluvia en regiones áridas. Sin embargo, las actividades humanas tales como la labranza, el pastoreo y la tala de árboles tienen el poder de incrementar la velocidad de la desertización como se puede ver en algunos datos del año 2000 que indicaban que el 63% o más de la superficie de la tierra se había desertificado. Es interesante notar que el norte de África solía ser el granero de Roma, como la región central en los Estados Unidos hasta que el área fue labrada en exceso y una gran parte se convirtió en desierto. El desierto del Sahara en África solía ser un bosque hasta que se practicó ahí la tala excesiva.

Actualmente, es cada vez más claro que estamos viendo el “fin de nuestra civilización” como la conocemos. De muchas maneras parece menos fundamental, como la higuera después del periodo cálido seguido de un importante periodo frío. Más emocionante aún es el principio de una vida nueva basada no en fuego y calor sino en sistemas biológicamente vivos y en una correlación dinámica con la Tierra y su medio ambiente. ¡La vida está recuperándose otra vez!

Es un momento importante en la historia para que trabajemos con la Tierra de manera exitosa.
¿Por qué? He aquí algunos ejemplos—

  • Hace muchos años, Richard St. Barbe Baker, el hombre inglés responsable de haber inspirado la siembra de aproximadamente 26 mil millones de árboles durante su vida dijo: “Un [agricultor] tomó un terreno [en Saskatchewan, Canada], cavó un sótano y construyó una casa de madera sobre el; aró la pradera y cultivó trigo y avena. Después de 20 años decidió que el campo no era bueno para cultivar ya que ocho pies de su suelo habían desaparecido [debido a la erosión por agua y viento causada por las prácticas agrícolas que se habían utilizado] y él tuvo que subir a su casa”.  
  • Más recientemente, se ha vuelto evidente que el aumento de la población mundial combinado con el agotamiento del suelo está haciendo que nuestra habilidad para alimentarnos sea un reto más grande. Un ejemplo de lo anterior es el hecho de que Kenia en la actualidad importa alrededor del 45% de sus calorías cada año; Japón importa alrededor del 40% y México alrededor del 50%. Si ponemos esto en el contexto de que los precios de los alimentos en el mundo están aumentando enormemente, de que los fertilizantes químicos se usan más y si pensamos en los gastos derivados de la compra de semillas, se hace evidente que el reto es serio. Tan solo en Kenia se está sembrando mucho menos maíz este año ( ) porque se ha triplicado el precio de los fertilizantes químicos—hecho que muy probablemente resulte en escasez y precios mas elevados de los alimentos, y posibles trastornos sociales.
  • En un futuro cercano seguirá siendo importante ser exitoso: De acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos a finales de 1999 había el equivalente a 116 días de excedentes de alimentos. Para finales de abril del 2007 el nivel había descendido de manera significativa a 53 días y para marzo del 2008 a 50 días. Los políticos se preocupan cuando el nivel desciende a 60 días porque se requiere un suministro de 60 días para llenar los “ductos de alimentos” del mundo. Si la tendencia continua, como se espera, en el año 2012 y máximo en el 2015 podría quedar poco en las reservas de alimentos del mundo. Con semejante escasez incluso si aún se encontrarán disponibles algunos productos para importación, es probable que la comida sea muy cara. Es probable que el mundo enfrente pronto un pico de alimentos.

¿Qué sigue?

¿Qué podemos hacer con respecto a todo esto?

Lo maravilloso es que individualmente o juntos tenemos la oportunidad de crear un futuro espléndido con un estilo de vida sencillo y que preserve los recursos y al mismo tiempo con calidad mejorada. De hecho, podemos hacer toda la diferencia en el mundo. Las iniciativas que tomamos justo en donde estamos nos permitirán tener una mejor vida.

¿Cómo empezamos?

Los desafios globales que enfrentamos son mayores a los que cualquier persona pueda enfrentar. ¿Qué sucedería si nos hiciéramos responsables de una parte de la solución, de algo que placenteramente podamos manejar? Una parte que tenga el potencial de ser verdaderamente sustentable y que añada prósperidad, belleza, salud y alimento a nuestra vida y al planeta—y al mismo tiempo renovarnos nosotros mismos y proveer una fuente de renovación física, social y espiritual para todos.

Voltaire nos da una visión de esta solución en Candide—“El mundo es un huerto y que lugar tan maravilloso sería si cada uno de nosotros cuidara su parte de ese huerto”.


Vea mañana el episodio 2 de Un Mundo de Esperanza:
Cultivemos la tierra justo en donde estamos—eso produce cultivos suculentos para alimentarnos”

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Illustrations for “A World of Hope!” by Judy Chance Hope
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